lunes, 12 de enero de 2009

Dónde estabas tú?

Te escribo esto desde una región muy “lejana a ti”, mi cubículo, podría platicártelo pero no quiero hablarlo prefiero escribirlo. Era 29 de julio del 2001, no lo recordaba, pero me fue fácil investigar la fecha. Por esos día trabajaba en la Procuraduría de justicia del DF como pasante, ganaba poco pero me alcanzaba para darme una vida de intelectual pobre que vivía en la Condesa. Por esas fechas el insomnio era una constante desoladora por mis noches. Había adquirid la mala costumbre de salir a caminar a las tres de la mañana y cenar en una torteria muy famosa de por el rumbo que estaba abierta las 24 horas. En mi mente y corazón no había nadie de tiempo completo pero si había una ilusión, se llamaba dulce, era psicóloga y habíamos compartido momentos carnales uno o dos mese atrás, cuando nos despegamos de mi primo Julio, el que tu conoces y de su novia Paola. Dulce y Paola eran primas, y Julio nos había arreglado para salir en parejas. Dulce había pasado de ser un besuqueo casual mientras veíamos el estreno de Tom Raider en el Cinemex de Metepec en Toluca a convertirse en una sólida ilusión tratando de comerme por completo y llevarme como siempre a la locura romántica de la que sufro crónicamente.

Julio y su novia habían vuelto a Chiapas y yo me quede prendado de Dulce. Pero parecía que a ella solo le gustaba que la llamara por teléfono , el mail todavía no era una constante y los celulares aun no tenían la función de mensajes de texto. Pero cuando yo sugería vernos, siempre había un pretexto, un partido de fútbol (ella era la centro delantero de su equipo, motivo por el cual la encontraba fascinante y singular) o una comida familiar, Yo era “guía” de una logia por lo que esa relación me parecía perfecta, ser novios de fin de semana me quedaba como anillo al dedo (te identificas?), sin mas compromisos que vernos los domingos hablar por teléfono entre semana y cada quien ocuparse de sus cosas. Después de una leve insistencia mía quedamos de vernos ese domingo 29 de julio del 2001. Me levante temprano, fui a comprarme una camisa nueva y tome el autobús a Toluca. Ella había quedado de esperarme a la una de la tarde. Bueno aquí empieza lo feo. Imagíname en la Terminal de Toluca, son la 1:30 hace un frío del demonio y yo la estoy esperando mientras todo el mundo esta viendo la final de la copa América México vs Colombia. Dieron las dos de la tarde, el partido había terminado empatado y se había prolongado a tiempos extras. Yo la había llamado como trescientas veces a su cel sin obtener respuesta alguna. A las 3 mas o menos ella me llama para decirme que había chocado y no podría llegar a verme. No te imaginas que frustrante ir a algún lugar y no salir de la Terminal. Pensé en llamar a al Hermano de julio e ir a visitarlo pero es consistía en tener que responder algunas cosas que no quería, como el porque no había avisado de mi visita, por lo que decidí volver al df. 45 minutos después estaba comiendo un pozole en un restaurante de la zona rosa, viendo como la selección mexicana obtenía una derrota quizás en solidaridad conmigo. Y bueno en ese momento uno dice: Esto no se puede poner peor. Pero se puso peor. Ya con la ilusión de Dulce totalmente descartada de mi mente, pero con el dolor del golpe que esto causaba, un Gay me propuso trabaja como modelo para el, por lo que de la manera mas cortes le indique mi desinterés al Mr. Mariconazo. Salgo del restaurante y el cielo que amenazaba con llover no se tienta el corazón conmigo y cumple su amenaza. Opto por irme a casa ligero y rápido, camino por la acera justo a un lado del tianguis del oro, pero una visión dolorosa me detiene. Esta allí enfundada en unos hotpans y una blusa pegada a más no poder, su cabello rubio y desordenado enmarcaba sus ojos claros. Su nombre era Diana y un año antes ella había tomado la decisión de que el vernos no le hacia nada bien a su ya desgastada relación con un tipo que tenia un puesto de ropa de marca en ese tianguis. Ya casi cumplía un año viviendo en la Condesa nunca la había visto en el tianguis ¿Por qué tenía que ser ese día?. No me quedo más que alzar la cabeza al cielo y preguntarle a Dios, si su deseo era que me suicidara ese día. Ya no recuerdo mucho de aquel día. Pero el tiempo cura todo y da revanchas. Supe después que dulce se caso y le había ido muy mal en su matrimonio, al grado de que la psicóloga tubo que acudir con dos o tres colegas para superar el trauma.

Un día como si nada me encuentro a una amiga en la biblioteca y me dice, “hola como has estado, fíjate que hay alguien que no para de hablar de ti, que si eres un niño muy lindo, que si eres muy guapo que muy romántico, en fin ya me tiene hasta el gorro y me encargo que te pidiera tu teléfono, me lo pasas?. Si claro, le dije. A esas alturas que alguien se interese en ti de esa forma es ganancia. ¿Pero quien es pregunté? Se llama Diana Montes. Umm no la recuerdo. No era mentira, en realidad no la recordaba, ya había pasado un año y era algo que no quería recordar. Como no te acuerdas, dijo ella, trabaja en Casas Hir. Fue entonces que la recordé. Esa noche tenía una salida con mis jefes y la cita había sido en el concurrido vips de Insurgentes. Como muchas veces yo les había conseguido unas amigas para salir. Pero terminé mi examen antes y sin saber que hace me dirigí a la glorieta de insurgentes, compre un libro barato para leer mientras daban las diez, faltaba una hora y media. La idea de que Diana llamara me entusiasmaba.

Una idea cruzó por mi cabeza. ¿Por qué no caerle de sorpresa a Diana en su trabajo? Camine solo dos cuadras hasta su oficina subí corriendo las escaleras pero no había nadie en su lugar, mas que el policía que me había seguido sin que yo me diera cuenta. Umm no joven los de Hir se van a las siete. Maldije mi suerte. Camine nuevamente hacia la glorieta dispuesto a leer mientras llegaba la hora. Creí ser capaz de leer y caminar al mismo tiempo pero no lo fui y choque vergonzosamente con una rubia bajita. Perdón, perdón atiné a decir pero Diana solo me sonreía…

Fuimos novios algún tiempo y ahora ella es un buen recuerdo en mi vida, pero nunca puedo evitar pensar en aquel 29 de julio del 2001 cuando todo estuvo en mi contra. Y tú ¿Dónde estabas ese día? ¿Qué hacías?