Es de mañana y espero a un cliente en el restaurante de su hotel. Un familiar muy apreciado me ha indicado la formula para cerrar la venta. Veo el reloj. Las once de la mañana se me meten por las fosas nasales a travez del cafe negro que la mesera me ha dejado, amago con endulzarlo pero recuerdo la frase "los Garcia lo tomamos sin azucar" y obedezco a la frase sin importar que no me apellido Garcia, pero sonrio y acepto al cafe amargo como uno de tus legados y vuelvo a sonreir pensando que tampoco acostumbro a tomar cafe. Será que todo esto es porque soñé contigo.
En mi sueño te econtrabas en un país indeterminado en una cafetría indeterminada platicando con una amiga indeterminada. Yo, te observaba desde un balcon sin apartar ni un segundo la vista de tu figura. Dos amigos tambien indeterminados me palmeaban la espalda para animarme a ir a tu encuentro, mientras yo me negagaba casí con furia, aunque yo sabía que esa furia era fingida y me dolia entregarme a mi orgullo para no ir por ti, pero lo que mas me dolía era saber que tu te encontrabas allí totalmente ajena e indiferente como si estuvieramos en el mismo lugar pero en universos diferentes y paralelos.
Mi mente vuelve al restaurante y decido sacar el libro nuevo que me acabo de comprar para dopar mi mente u dejar de pensar en ese estupido pacto tacito que firmamos con un adios a mi parecer igualmente estupido y sigo esperando tu llamado como tal vez tu seguiras esperando el mio como una pareja de lobos separada por 10 lunas llenas aullandose imposiblemente en silencio.
Se que estas cerca, me lo han dicho las señales a mi al rededor, me lo dice tu amiga encontrada por casualidad, me lo dice la gente que inesperadamente me habla de ti, me lo digo yo tambien y muy a menudo.
Son las once quince de la mañana y no se me ocurre otra cosa que desayunar.
viernes, 26 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
Regresaron las letras
Desde el 14 de febrero no escribía nada, pero nada de nada ni aqui ni alla ni en ningun lado. Y cuando me preguntaban del porque los remitía a una escena de la pelicula luna amarga con Hug Grant en donde a una bailarina, su pareja (que la trataba con la punta del pie literalmente) le pregunta el porque abandono sus clases de baile y ella le contesta: "porque el baile debe de salir del corazo y yo tengo el corazon roto" pues bien no se si yo tenía el corazon roto o no pero de que algo no andaba bien. pero parece que hoy se arreglo. y seguire publicando las aventuras de daniel confusio que tanto me pide mi pequeño club de lectura y una que otra amiga
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