jueves, 17 de septiembre de 2009

Una tarde tranquila (cronica 1 de un puente largo)

Lunes 14 de septiembre. Ciudad de México.


No podría pedir un mejor clima. El cielo esta tupido de nubes grises y el aire corre fresco por las calles. Z y yo hemos terminado de comer al compas de dos cervezas y de una platica necesaria de intercambio de anecdotas amorosas y cuestionamientos filosoficos. Definitivamente Z esta dentro de mi muy reducido circulo de amigos. M me manda un mensaje esperando concenso del: "¿puedes salir hoy?" que le lanzé muy irresponsablemente hace rato. El concenso es que Z y yo nos encontremos con ella (M) en el cine de plaza insurgentes, afortunadamente Z y M congeniaron desde que los presente y ahora parecemos una pequeña parbada de adolescentes tardios. Trato de imaginarnos en cualquier primaría y me pregunto si habríamos sido amigos. Es muy probable que si, aunque cronologicamente imposible pues Z es mayor que Yo y a su vez yo le aventajo por tres años de vida a la ojiazul de M. En el cine nadie come, solo pedimos dos "ICE" y descubrimos que a su vez la dulcería de CINEMEX ha descubierto una nueva especie de Cereza color blanco, algo digno de notificar al Discovery chanel, pues la vendedora me entrega una bebeida de ese color y para mi sorpresa me indica que no hay error, solo se trata de una bebidad de cereza ¿blanca? que sabe exactamente igual a la que pido siempre. La pelicula resulta mala pero la platica amena. Minutos despues nos lanzamos a la calle y caminamos como si la ciudad fuera completamente nuestra M va en medio como si inconcientemente la quisieramos proteger. Aprovecho el trayecto y hablo de mi primera publicación. Acordamos con Z que el diseñará la portada y con M d q es mejor que no vaya para no perder a su novio pues según comenta aún me odia, en otro tiempo alguien tambien odiaba a M (verdad angel guardian?) sin motivo pues siempre hemos sido buenos amigos. M y sus ojos azules se pierde entre la multitud de una estación del metro y Z y yo volvemos a tratar con un poco mas de libertad y palabras comunes las cosas que llamamos de "hombres". Hablamos y hablamos, tratamos de demostrarnos mutuamente que hemos tomado los caminos correctos ante distintas problematicas, lo cual ya no importa mucho despues de la tercera y última cerveza en el Chilis de plaza insurgentes. Abandonamos el lugar sin dejar propina y de castigo divino viene a mi un dolor inexplicable en el pie que me hace cojear hasta San Cosme donde unos tacos con buen numero de feligreses nos atrapan. 10 campechanos despues cuatro cuadras mas tarde Z y Yo nos despedimos con un saludo moderno al que a pesar de lo común aun no me acostumbro, para acordar vernos antes de mi regreso a casa. Definitivamente ha sido una buena tarde, una tarde tranquila.

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